ESTE VERANO HARÁ SEIS AÑOS Y PARECE QUE FUE AYER!

A principios de julio de 2002 empezó mi aventura en este mundo de la Solidaridad con el Sahara. Pero comencemos desde el principio.
Unos meses antes, estando yo en la escuela, la jefa de estudios nos entregó un papel a cada alumno en el que ponía, más o menos, PON UN VERANO FELIZ EN LA VIDA DE UN NIÑO SAHARAUI! NO TE ARREPENTIRÁS!
Se lo entregué a mi madre completamente segura de que algún niño o niña viviría en nuestra casa durante el verano. Supongo que fue una intuición porque nunca antes habíamos hablado de algo parecido en casa.
Por aquel entonces yo tenía 15 años y supliqué en casa que solicitáramos una niña pero bueno, ni caso. Como la mayoría de los niños de mi barrio son varones pues pensaron en que así podría jugar con niños de su edad y al ser yo la peque de la casa, pues ni caso me hicieron.
Asistimos a una reunión pocos días antes de la llegada de los niños en la que nos dieron algunos datos: Baba Fadli Mohamed Ahmed, de 11 años y que llegará la primera semana de julio.
Y así fue! Llegó un martes. Nos esperábamos a un niño "mayorcito", de 11 años y llegó un "enano" de 6 que cumplía 7 a los 10 días de estar con nosotros.
Desde ese día, y como he dicho al empezar, comenzó mi aventura por este mundo.
Todo el verano fue inolvidable para nosotros. Aunque nos costó bastante entendernos con él al principio al pasar el primer mes ya hablaba gallego a la perfección.
Cuando llegó el fin del verano, la delegada de nuestra zona en aquella época nos pidió por favor que fuéramos los menos posibles a despedirlo al ayuntamiento y que no lloráramos delante del niño para hacer menos dura la marcha. Pero, por supuesto, fue imposible.
Lo peor fue al llegar a casa. Se hacía enorme y vacía. Baba la llenaba de tal manera que se nos hizo muy cuesta arriba estar sin él.
De ahí hasta diciembre, luché lo indecible para convencer a mis padres de que me dejaran ir a los campamentos para ver a mi ya hermano y finalmente lo conseguí. Con quince años me planté en Smara. Llegué bastante asustada pero ahí estaba él, para tranquilizarme y presentarme a toda la familia. Fue una semana fantástica. Paseos geniales bajo las estrellas, comer con las manos, jugar con los niños,... Algo impensable para mi hacía unos meses atrás.
Desde diciembre de 2002 hasta hoy nos basamos en trabajo, primero para conseguir la mayor confianza posible de la delegada de nuestra zona en aquella época para poder ayudarla en lo que yo podía en ese momento y así, después de ayudarnos mutuamente y ya que no podía seguir dedicándose a esto tan exclusivamente, ella dejaría en mis manos toda la responsabilidad de ser delegada de zona que, aunque sabes que siempre puedes dar y hacer mucho más, lo llevo cómo puedo con muchísimas ganas y mucha energía.
Este es, sin dar demasiados detalles, el principio hasta el momento y el aprendizaje de toda la gente a la que he conocido gracias a colaborar por mis hermanos saharauis, por la injusticia que están viviendo desde hace ya más de 32 años.
Por eso seguiré, mientras me lo permitan, ayudando en lo que pueda.
Gracias!!!