jueves, 10 de abril de 2008

MRABIH NO PUDO REGRESAR

«ERA el primero en llegar, y el último en irse».
Rafael Gálvez, jefe de Protección Civil de Moclinejo, se refiere a Mrabih Sid Ahmed Alamin, saharaui de 30 años, del que asegura que era «su responsable, su compañero y su amigo».
Con él y con otros dos voluntarios más partió el pasado mes de febrero hacia los campos de refugiados saharauis, en la primera misión humanitaria desarrollada en el extranjero por voluntarios andaluces de Protección Civil.
Todos volvieron, menos Mrabih, que ya no lo hará jamás, porque el pasado lunes murió en un hospital militar de Tinduf (Argelia) a causa de un brote de Lupus, una enfermedad autoinmune de la que era tratado en Málaga desde hacía cinco años.
«Él sabía que su pasaporte estaba caducado, y que podía tener problemas. Pero quería ir allí. Quería ir con el traje de Protección Civil y llevar a su gente un poco de vida», explica Rafael Gálvez.
El grupo de voluntarios partió el pasado 22 de febrero con medicinas y alimentos hacia los campos de refugiados saharauis. Allí impartieron cursos de primeros auxilios, con el objetivo de enseñar a la población cómo ayudar en caso de tener que enfrentarse a diferentes emergencias sanitarias.

En tierra
La misión del grupo de Protección Civil de Moclinejo finalizó a los quince días, pero cuando Mrabih intentó tomar el vuelo para regresar a Málaga las autoridades argelinas no lo permitieron, debido a que su pasaporte no estaba en regla.
Debía esperar una renovación que se iba a prolongar meses, afrontando las duras condiciones en las que vive su pueblo, en el exilio desde que Marruecos ocupara el Sahara Occidental, hace 33 años, con un precario sistema sanitario, carencia de agua y alimentos, y temperaturas que superan los 50 grados.
Su salud no lo aguantó, y el pasado lunes fallecía en el hospital de Tinduf debido a una insuficiencia de las vías respiratorias.
«Nosotros habíamos intentado que se agilizara el tema de su pasaporte, pero no fue posible. Lo que aquí nos solucionan en una mañana, allí puede tardar un año, más en el caso de los saharauis, que son un pueblo sin patria», afirma Gálvez. El jefe de Protección Civil de Moclinejo recibió la noticia del grave estado de salud en el que se encontraba su compañero el pasado domingo: «Entonces empezamos a mover hilos para que lo evacuaran, pero el lunes me llamaron y me dijeron que ya no había nada que hacer, que había fallecido».

Vínculos
Mrabih Sid Ahmed llegó a Málaga hace cinco años de la mano de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, para que pudiera ser tratado aquí de su enfermedad, que era seguida en el Hospital Civil.
Fue acogido por una familia de Moclinejo, a través de este programa sanitario, y con el tiempo consiguió trabajo en la construcción. Desde hacía dos años era voluntario de Protección Civil, organismo con el que colaboraba activamente. Pero además, jamás olvidó la situación que viven los suyos en el desierto de Argelia, donde más de 200.000 personas sobreviven en durísimas condiciones.
«Era una persona solidaria, muy vinculada a la situación de su pueblo. Estuvo colaborando cuando preparamos la última Caravana por la Paz. Con nosotros estuvo currando muchos días», afirma Francisco Gutiérrez, presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Andalucía.
«Nos indigna esta situación. Un hombre baja a los campamentos para echar una mano y para ver a su familia y por un problema de documentación, no puede volver. Él llevaba sus medicinas, pero los medios sanitarios de allí son ínfimos», asegura este responsable.
Guerrero asegura que el problema no ha sido la lentitud burocrática de Argelia a la hora de tramitar el pasaporte: «Argelia es un país de acogida, que expende pasaportes a saharauis de los campos de refugiados en la medida de sus posibilidades. Esto no hubiera ocurrido si Mrabih hubiera sido ciudadano de un Sahara libre, con posibilidades de salir y entrar y de ser atendido en condiciones».

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