Tres mil euros han sido suficientes para crear El rumor de la arena, un hermoso documental en el que se cuenta la historia de una familia que tuvo que huir del Sáhara español a los campos de refugiados de Tindouf.
En la escapada pierden a su hijo de seis años, Mohamed. Varios años después la familiar vuelve a encontrarse con su hijo.
Jesús Prieto y Daniel Iriarte, co-directores de la cinta, utilizan esta trama para dar a conocer la historia del pueblo saharaui.
“Trabajamos con una cámara prestada y otra que compramos para un proyecto anterior”, cuenta Prieto. Nadie cobró por su trabajo. Los únicos desembolsos que se hicieron fueron los billetes de avión y autobús y las cintas en las que se grabó el material.
Las imágenes de archivo fueron cedidas por el Frente Polisario y por españoles que vivieron en la colonia.
La falta de medios se suplió con mucho trabajo. Dos años exactos hasta que se dio por bueno el montaje final, realizado por Jesús en el ordenador de su casa. Para poder comercializar la película crearon su propia productora: Atila Films.
La cinta está rodada en España, los campos de refugiados de Tindouf (Argelia) y el propio Sahara Occidental, donde está vetada la presencia de periodistas extranjeros, por lo que el rodaje fue complicado.
Daniel Iriarte estuvo en dos ocasiones, haciéndose pasar por turista.
“La primera sólo conseguimos imágenes de las calles de El Aaiun. La segunda conseguimos entrevistar a la cúpula del activismo saharaui, aunque fuimos seguidos por la policía secreta y tuvimos que darles esquinazo, como en las películas”, cuenta.
“Creo que hemos hecho un buen trabajo. Un día después de una proyección en un pueblo de Cuenca , un saharaui se me acercó con lágrimas en los ojos y me dijo que era la película que mejor contaba su problema de todas las que había visto y que habíamos conseguido algo que creía imposible, contar la historia del pueblo saharaui en hora y media”, cuenta Prieto
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