Hijo de una familia de pastores nómadas, El Uali Mustafá Sayed nació en un impreciso lugar del desierto, al este del entonces Sáhara Español, en 1948. Durante sus primeros años, el único hogar del futuro lider de la Revolución saharaui fue la inmensidad del desierto sahariano. Su padre, Mustafá, veterano combatiente contra el colonialismo europeo, junto a su madre, Breika, y sus seis hijos, se desplazaban continuamente con su exiguo rebaño en busca de pastos, siempre a caballo entre las fronteras de Mauritania, Argelia, Marruecos y el Sáhara Occidental.
Pero esta vida beduina se vería truncada por la profunda sequía que por aquel entonces asoló el Sahel. Cuando El Uali tenía diez años, la falta de pastos obligó a la familia a establecerse en los arrabales de la localidad marroquí de Tantán, donde sus hermanos mayores pronto se pusieron a trabajar en la construcción a cambio de unos salarios miserables. Este hecho, considerado como una auténtica desgracia por sus padres, permitió a los dos hijos pequeños estudiar en la escuela. El Uali comenzó el colegio a los trece años y dos años después fue becado por el gobierno marroquí para estudiar en un internado de Marraquech. En 1965 fue expulsado del centro pero consiguió una renovación de la beca que le permitió ingresar en el instituto de Taraudant, primero, y en el prestigioso liceo Mohamed V de Rabat después. En 1970, cuando tenía 22 años, finalizó el bachillerato y poco después consiguió una nueva beca para estudiar derecho en la capital marroquí. A su llegada al campus estudiantil, El Uali se encontró con una universidad en plena efervescencia, donde las propuestas antiimperialistas y de izquierdas inundaban aulas y pasillos. La impronta del mayo del 68 francés, Vietnam, las luchas de liberación africanas, el arabismo baazista, la Cuba castrista, la revolución argelina o la lucha palestina estaban en boca de todos. El Uali se dejó impregnar por este espíritu revolucionario y pronto se convirtió en el principal embajador de la causa la independencia de su pueblo.
En Tantán, la ciudad más importante de la provincia de Tarfaya, los saharauis, a pesar de formar una numerosa comunidad, eran tratados como ciudadanos de segunda por la administración marroquí. Aislados por mantener su dialecto, el hasanía, su vestimenta tradicional y sus costumbres, en lugar de asimilar el habla y formas alauitas, los saharauis de la ciudad desarrollaron un hondo sentimiento nacionalista, que no tardaría en acrecentarse como consecuencia de la masacre de Zemla, en 1970.
Las autoridades coloniales españolas disolvieron a sangre y fuego en este barrio de El Aaiún una gran manifestación independentista, provocando decenas de muertos y centenares de heridos. El promotor del acto y padre del moderno nacionalismo saharaui, Mohamed Brahim Basiri, fue detenido y echo desaparecer para siempre unos días después.
Manifestación independentista en El Aaiún ocupado por España
Los relatos de aquellos que huían del territorio colonizado también contribuyeron al incremento del sentimiento nacionalista, que solo dos años después vería nacer las primeras expresiones organizadas de un movimiento independentista.
Marruecos muestra su rostro
Del 25 al 27 de mayo de 1972 los estudiantes saharauis de Tantán se echaron a las calles de la ciudad para reclamar la liberación del Sáhara Occidental, un hecho que fue respondido por Marruecos con medio centenar de detenciones y decenas de jóvenes heridos. Entre los detenidos se encontraba El Uali Mustafá Sayed. Como muchos de los arrestados, en aquella ocasión El Uali conoció la tortura de los funcionarios de Hasán II, que se emplearon a fondo durante una semana. El lider saharaui, que por aquel entonces estudiaba Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Rabat, fue sometido por sus captores al tormento que se conoce como el “pollo asado”. Atado de pies y manos a un palo apoyado en dos bidones, con el cuerpo suspendido de espaldas al suelo, fue golpeado con sogas mojadas por todo el cuerpo.
Antes de estos terribles sucesos, El Uali había viajado por Amsterdan, París, Argelia y Libia, recabando apoyos para su causa, y ya era un reputado líder estudiantil en la universidad de Rabat. Su paso por las mazmorras de Hasán II, a la par que profundizó sus ansias de lucha, sirvió para fortalecer una convicción: que Marruecos jamás permitiría un Sáhara independiente.
En agosto, El Uali regresó a Rabat para participar en el Congreso de la Unión de Estudiantes Marroquíes y poco después constituiría el llamado Movimiento Embrionario para la Liberación de Saguia El Hamra y Río del Oro, una organización minoritaria que tuvo un carácter efímero. Las autoridades argelinas atendieron con enorme escepticismo la petición de apoyo que les hizo El Uali y poco a poco, los escasos militantes con que contaba el Movimiento se fueron alejando de éste.
El Uali poseía unas cualidades excepcionales como orador. La imagen recoge su último mitin, el 20 de mayo de 1976
Por esas fechas, independentistas saharauis que operan en el Sáhara Español llegan a Tantán con la intención de invitar a los estudiantes de la ciudad a unirse a su lucha. El guante es en seguida recogido y en enero de 1973 los dos grupos se reunen en Zuerat, en el Norte de Mauritania, de donde salen con la misión de convencer a las tribus saharauis de la necesidad de constituir un movimiento independentista que asuma la lucha armada como elemento esencial para expulsar a la potencia colonizadora. El Uali, que ha participado en este encuentro, visita a los saharauis de la región argelina de Tinduf y despliega toda su capacidad de seducción para romper sus reticencias y recelos ante la nueva idea.
Un sueño hecho realidad
Finalmente, el 10 de mayo, 17 hombres que representan a los saharauis de Mauritania, Marruecos, Argelia y el Sáhara Español, reunidos en un congreso constituyente, dan vida en Zuerat a la nueva organización, el Frente Por la Liberación de Saguia El Hamra y Río del Oro (POLISARIO). El eslogan del cónclave da muestra de la determinación de los jóvenes revolucionarios: “Con el fusil arrebataremos la libertad”. Los presentes, entre los que se hallaba El Uali, aprobaron un manifiesto, una estrategia y una estructura interna, en cuya cabeza se situó un comité ejecutivo de siete miembros y un buró político de 21. Brahim Gali sería nombrado Secretario General.
Diez días después de la reunión constituyente, se produce el primer acto de la moderna lucha armada saharaui y el bautismo de fuego del futuro Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS). Ese día, doce hombres, El Uali y Gali entre ellos, equipados con ocho fusiles antiguos y algunas balas, cinco camellos y un poco de agua asaltaron y tomaron la guarnición española de Janga.
Imagen de El Uali en el frente de guerra
Era el inicio de una larga y cruenta guerra de liberación que enfrentaría al movimiento saharaui contra España primero, y, tras su abandono del territorio, contra Mauritania y Marruecos después.
A partir de este momento y hasta su heroica muerte, que se produciría tan solo tres años más tarde, El Uali desarrolló una intensísima labor en dos frentes, el político y diplomático por un lado, y el militar por otro, protagonizando acciones épicas y momentos trascendentales para la historia del pueblo saharaui.
Durante 1974 el Frente Polisario crece con gran celeridad y El Uali se afirma como una de sus principales dirigentes, por su habilidad política y permanente iniciativa. En el plano internacional, entre otros éxitos, desarrolla unas excelentes relaciones con el Presidente argelino Huari Boumedian y el Coronel Gadaffi, logrando de sus gobiernos un apoyo sin fisuras que resultaría clave en estos primeros años del conflicto bélico.
El Uali con el Presidente de Argelia, Huari Boumedian
Secretario General
El 5 de mayo de este año El Uali fue nombrado Secretario General del Polisario en el II Congreso de la organización y unos meses después encabezó una delegación saharaui que se encarga de negociar con las autoridades coloniales su posible salida del territorio. Un año después, una comisión de la O.N.U., al término de una investigación sobre la composición y el parecer de la población del Sáhara Occidental respecto a su futuro, afirma que "el Polisario es la única fuerza política dominante y que la inmensa mayoría del pueblo desea la independencia". El ascenso del movimiento que dirige El Uali es ya imparable.
España, con un gobierno muy debilitado y su dictador agonizante, decide por fin abandonar el territorio, pero en vez de cumplir su compromiso de respetar la voluntad del pueblo saharaui en un anunciado referéndum de autodeterminación, firmó el 14 de noviembre los llamados Acuerdos de Madrid, por los que cede el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania. Unas semanas antes, Hasán II había iniciado la ocupación del país a través de la propagandística Marcha Verde. Unidades marroquíes y mauritanas entraron en las ciudades saharauis a sangre y fuego, impulsando a miles de personas a huir hacia Argelia. En su marcha precipitada, la aviación alauita llegó a bombardear a los refugiados con fósforo blanco y napalm, provocando centenares de civiles muertos. El Frente Polisario, a la vez que trataba de contener el avance de dos ejércitos, se vio obligado a proteger esta dolorosa marcha hacia Argelia. El Uali organizó el operativo de protección y acogida desde la hammada de Tinduf, un lugar inóspito donde a partir de entonces se levantan los campamentos de refugiados.
El 27 de febrero de 1976, el mismo día en que el último soldado español abandonaba el Sáhara Occidental, el Polisario proclamó en Bir Lehlu la República ءrabe Saharaui Democrática (RASD), que pronto fue reconocida por la Organización de la Unidad Africana y otros muchos estados. El Uali, en un discurso inolvidable, se encargó de lanzar la buena nueva ante las cámaras y micrófonos de todo el mundo.
Proclamación de la RASD, el 27 de febrero de 1976
Pero poco pudo disfrutar de esta nueva realidad política. El 9 de junio, la muerte le sorprendería en el campo del honor, truncando una juventud labrada a golpes de gigante. Ese día, en su retirada hacia la hammada de Tinduf después de ejecutar una de las acciones más espectaculares de la guerra, cuando trataba de sabotear las conducciones de agua de Nuakchott, El Uali Mustafá Sayed cayó junto a varios de sus compañeros en un enfrentamiento con unidades del ejército mauritano. El día anterior, había recorrido con varias decenas de guerrilleros saharauis casi 2000 kilómetros de desierto para llegar hasta las puertas de la capital mauritana, donde un grupo bombardó el mismísimo palacio presidencial. Unos meses después, incapaz de detener el avance de los polisarios y ahogada por los gastos de una guerra que parecía no tener fin, Mauritania firmó la paz con el gobierno saharaui, en cuyo frente, ocupando el gran vacío dejado por El Uali, se encontraba el actual Secretario General del Frente Polisario y Presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz.
Como todos los luchadores aferrados a las raíces del pueblo, El Uali murió para seguir viviendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario