martes, 5 de agosto de 2008

I ENCUENTRO GALEGO-SAHARAUI


Los niños del campamento de Tindouf, ubicado en la zona más árida del desierto argelino, están acostumbrados a temperaturas superiores a los 50 grados durante el verano. En el CEIP de Calo (Teo), lugar elegido para el I Encuentro Galego-Saharaui, también hacía ayer bastante calor, pero a los pequeños saharauis -custodiados por las familias gallegas que los acogen- no parecía importarles mucho. Aunque pasan el verano en Galicia, el resto del año viven con sus familias en campamentos de refugiados en los que no reciben una alimentación adecuada ni una atención médica eficaz.

"Queremos chamar a atención dos poderes públicos sobre un problema do que non se fala, pero que existe", explica Maite Islas, responsable del programa Vacacións en Paz de la Asociación Solidariedade galega co Pobo Saharaui. Además del claro componente festivo, el encuentro pretende servir de recordatorio acerca de la situación en la que viven los refugiados saharauis desde 1975, cuando su territorio fue invadido por Marruecos.
"Son xa 33 anos os que os cativos levan malvivindo en campamentos", denuncia Islas, que asegura que uno de los grandes logros del programa de acogidas es "el control médico al que se somete a los niños, que llegan con problemas de nutrición y con anemias".

Pilar Martínez, responsable de la comisión médica, conoce a fondo las condiciones de vida en los campamentos de refugiados, con los que colabora directamente. Lamenta "a diminución das axudas e o silencio da comunidade internacional ante a causa saharaui", una situación que, asegura, se debe a que "existen demasiadas frontes abertas".

Galicia es la tercera comunidad de España en número de acogida de niños saharauis, 864 de las 10.000 del conjunto del Estado. Una cifra que según Anxo Quintana, presente en el acto, pone de manifiesto "a solidariedade das familias galegas cun pobo que é exemplo de autoestima e dignidade". El líder nacionalista también exige a España "unha política exterior que lle permita ao Sahara vivir en liberdade e superar as condicións infrahumanas dos campamentos".
El delegado saharaui en Galicia, Ahmedu Mojtar Abdalahe, también reivindicó el derecho de su pueblo a la autodeterminación.

Los niños, verdaderos protagonistas de la fiesta, disfrutaron de juegos populares, actuaciones musicales y de una exposición fotográfica sobre la vida en el desierto. Muchos de ellos miraban con cierta nostalgia las imágenes de las jaimas y las cabras recostadas frente a ellas, el paisaje al que regresarán, como todos los años, a finales de agosto.
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ADAPTACIÓN
"Non se estraña nin sequera das piscinas"
Jabeidi, se siete años, está en Galicia por primera vez, por eso su madre de acogida, Sandra, se sorprende tanto de su facilidad para adaptarse a los cambios. "Non se estraña nin das piscinas", asegura. Decidió acoger por "solidariedade co Sahara", explica

"Jadam di que está orgullosa do seu pobo"
Jadam, de diez años, de edad, vive este verano con una familia de Pontedeume y, aunque se adapta muy bien a Galicia, "sempre está a dicir que se sente moi orgullosa de ser saharaui", reconocen sus padres de acogida, que piensan repetir la experiencia.

"Todos me din que xa fala igual ca min"
Carmen, de la Illa de Arousa, acoge a Yadiyetu por segunda vez, pero antes ya había estado dos años con una familia viguesa. Esta niña del campamento de Smara está tan integrada en Galicia que, asegura su madre de acogida, "xa me din que fala igual ca min".

"Só sentes reparos antes de ver o neno"
Traer a Galicia a un niño saharaui no es una tarea complicada, aseguran los padres de acogida. "Dá un pouco de reparo mentres non ves o neno, pero logo todo é doado", explica Carmen, que tiene dos hijos biológicos que se llevan "fenomenal" con Yadiyetu .

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