La misiva de Abdelaziz es consecuencia directa de la entrevista de Van Walsum, de 74 años, publicada por EL PAÍS el 8 de agosto en la que éste afirmaba que "un Sáhara independiente es inalcanzable" porque el Consejo de Seguridad de la ONU no va a imponer a Marruecos una solución acorde con la legalidad internacional que, según el enviado, está del lado del Polisario.
Van Walsum ha dejado claro que una recusación oficial del Polisario provocaría su dimisión por lo que es probable que presente su renuncia en los próximos días. Hasta ahora sus palabras habían sido criticadas en la prensa por tres responsables del movimiento independentista, pero la dirección saharaui no había solicitado su relevo al secretario general.
"Al adoptar una actitud deliberadamente pro marroquí (...) el enviado personal se aleja de la actitud de imparcialidad que debe ser la suya y pisotea la legalidad internacional descalificándose totalmente para conducir una futura negociación entre el Frente Polisario y Marruecos", escribe Abdelaziz a Ban Ki-moon. "Confío (...) en que usted sabrá tomar las decisiones que se imponen para la continuación de una negociación ordenada y respetuosa de la legalidad internacional", concluye el líder saharaui. En claro, insta a Ban Ki-moon a prescindir de Van Walsum y sólo así el Polisario seguirá negociando con Rabat. Preguntado por la censura de los responsables saharauis, el enviado personal contestó en este periódico: "Si el Polisario comunica formalmente al secretario general que está dispuesto a participar en una quinta ronda negociadora, aunque no si Van Walsum asiste a ella, difícilmente me imagino a mí mismo presidiendo la nueva sesión en Manhasse".
Hasta ahora se han celebrado cuatro sesiones negociadoras -una quinta está apalabrada para este otoño- en ese suburbio de Nueva York que no han dado ningún resultado. Rabat insiste en que el punto de partida de las conversaciones debe de ser su plan de autonomía para la antigua colonia española mientras que el Polisario reivindica la celebración de un referéndum de autodeterminación en el que los votantes elegirían entre la plena incorporación a Marruecos y la independencia.
Pese a ser tachado de pro marroquí, el enviado personal ha sido el único representante de Ban Ki-moon que, a puerta cerrada ante el Consejo de Seguridad en abril y en declaraciones a EL PAÍS este mes, afirmó que "el Polisario tiene la legalidad internacional de su lado". "Treinta años de argumentos legales de peso del Polisario no produjeron resultado alguno", se lamentó.
Van Walsum cuenta hasta ahora con el apoyo de las grandes potencias occidentales y de España. Tras entrevistarse en Tánger, el 4 de agosto, con su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, le reiteró nuevamente su respaldo en público.
Nombrado hace tres años por Ban Ki-moon, Van Walsum sustituyó al estadounidense James Baker que dimitió en el verano de 2004 tras constatar el rechazo de Rabat a su último plan para el Sáhara. El entonces ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, atribuyó la renuncia a la "tenacidad de la diplomacia de Marruecos".
Van Walsum ha dejado claro que una recusación oficial del Polisario provocaría su dimisión por lo que es probable que presente su renuncia en los próximos días. Hasta ahora sus palabras habían sido criticadas en la prensa por tres responsables del movimiento independentista, pero la dirección saharaui no había solicitado su relevo al secretario general.
"Al adoptar una actitud deliberadamente pro marroquí (...) el enviado personal se aleja de la actitud de imparcialidad que debe ser la suya y pisotea la legalidad internacional descalificándose totalmente para conducir una futura negociación entre el Frente Polisario y Marruecos", escribe Abdelaziz a Ban Ki-moon. "Confío (...) en que usted sabrá tomar las decisiones que se imponen para la continuación de una negociación ordenada y respetuosa de la legalidad internacional", concluye el líder saharaui. En claro, insta a Ban Ki-moon a prescindir de Van Walsum y sólo así el Polisario seguirá negociando con Rabat. Preguntado por la censura de los responsables saharauis, el enviado personal contestó en este periódico: "Si el Polisario comunica formalmente al secretario general que está dispuesto a participar en una quinta ronda negociadora, aunque no si Van Walsum asiste a ella, difícilmente me imagino a mí mismo presidiendo la nueva sesión en Manhasse".
Hasta ahora se han celebrado cuatro sesiones negociadoras -una quinta está apalabrada para este otoño- en ese suburbio de Nueva York que no han dado ningún resultado. Rabat insiste en que el punto de partida de las conversaciones debe de ser su plan de autonomía para la antigua colonia española mientras que el Polisario reivindica la celebración de un referéndum de autodeterminación en el que los votantes elegirían entre la plena incorporación a Marruecos y la independencia.
Pese a ser tachado de pro marroquí, el enviado personal ha sido el único representante de Ban Ki-moon que, a puerta cerrada ante el Consejo de Seguridad en abril y en declaraciones a EL PAÍS este mes, afirmó que "el Polisario tiene la legalidad internacional de su lado". "Treinta años de argumentos legales de peso del Polisario no produjeron resultado alguno", se lamentó.
Van Walsum cuenta hasta ahora con el apoyo de las grandes potencias occidentales y de España. Tras entrevistarse en Tánger, el 4 de agosto, con su homólogo marroquí, Taieb Fassi-Fihri, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, le reiteró nuevamente su respaldo en público.
Nombrado hace tres años por Ban Ki-moon, Van Walsum sustituyó al estadounidense James Baker que dimitió en el verano de 2004 tras constatar el rechazo de Rabat a su último plan para el Sáhara. El entonces ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, atribuyó la renuncia a la "tenacidad de la diplomacia de Marruecos".
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